Próximo a publicarse el número de diciembre del periódico escolar "La Cotorrra", aquí tienes el número de junio pasado.
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viernes, 20 de noviembre de 2009
EL NIÑO ANTONIO Y SUS DOS AMIGAS CRISTI Y AINHOA
Había una vez un niño llamado Antonio. Salió un día a pasear con sus perros a hacer pipí y popó por un bosque encantado.
Continuó caminando durante horas y horas. De repente, empezó a seguirle un ayudante de un brujo: ¡un lobo!
Transcurrido un rato, en un claro del bosque, encontró una casita. Llamó a la puerta y la abrió una niña. La niña se llamaba Cristi.
Se hicieron amigos. Salieron a dar un paseo, y se volvieron a perder. Cuando se dieron cuenta miraron hacia arriba y sólo había árboles con enormes ramas con bocas en forma de cocodrilo gigantes. Corrieron mucho y se asustaron tanto que...
¡Casi se caen al precipicio! Del golpe de las rocas que cayeron al precipicio apareció un murciélago. Los niños se subieron en su espalda y comenzaron a volar. Lo mejor fue que ¡tuvieron que cruzar una cueva! ¡la cueva daba miedo! ¡dentro de ella había....una puerta! y ¡al abrirla! había una casa con flores de colores y mariposas. Los niños asombrados, llamaron a la puerta de la casita. Abrió una niña llamada Ainhoa y se hicieron amigos también. Ainhoa les contó que en esa cueva había un libro mágico de los deseos.
A continuación, fueron a buscarlo. Al llegar al final de la cueva se encontraron una piedra en la que brillaba algo.....
¡El libro de los deseos! pero.... cuando ivan a cogerlo el lobo se lo quitó y salió huyendo.
El libro de los deseos se lo llevó el malvado brujo. Cuando a punto de pedir que desaparecieran, vinieron los perros y robó el libro. Su primer deseo fue que el brujo desapareciera y su segundo deseo regresar a casa.
Escrito por Ainhoa, Cristina y Antonio de 4º A
Continuó caminando durante horas y horas. De repente, empezó a seguirle un ayudante de un brujo: ¡un lobo!
Transcurrido un rato, en un claro del bosque, encontró una casita. Llamó a la puerta y la abrió una niña. La niña se llamaba Cristi.
Se hicieron amigos. Salieron a dar un paseo, y se volvieron a perder. Cuando se dieron cuenta miraron hacia arriba y sólo había árboles con enormes ramas con bocas en forma de cocodrilo gigantes. Corrieron mucho y se asustaron tanto que...
¡Casi se caen al precipicio! Del golpe de las rocas que cayeron al precipicio apareció un murciélago. Los niños se subieron en su espalda y comenzaron a volar. Lo mejor fue que ¡tuvieron que cruzar una cueva! ¡la cueva daba miedo! ¡dentro de ella había....una puerta! y ¡al abrirla! había una casa con flores de colores y mariposas. Los niños asombrados, llamaron a la puerta de la casita. Abrió una niña llamada Ainhoa y se hicieron amigos también. Ainhoa les contó que en esa cueva había un libro mágico de los deseos.
A continuación, fueron a buscarlo. Al llegar al final de la cueva se encontraron una piedra en la que brillaba algo.....
¡El libro de los deseos! pero.... cuando ivan a cogerlo el lobo se lo quitó y salió huyendo.
El libro de los deseos se lo llevó el malvado brujo. Cuando a punto de pedir que desaparecieran, vinieron los perros y robó el libro. Su primer deseo fue que el brujo desapareciera y su segundo deseo regresar a casa.
Escrito por Ainhoa, Cristina y Antonio de 4º A
LAS GEMELAS MÁGICAS
Esta historia trata de dos gemelas que no sabían que tenían poderes mágicos y que habían nacido en una galaxia diferente.
Las dos gemelas se conocieron en la feria de magia. Se reconocieron porque las dos llevaban la misma cicatriz en la ceja: una estrella.
Se fueron a una clase de magia. Y descubrieron que tenían poderes mágicos.
Fueron a la calle y ayudaron a la gente con sus poderes mágicos.
De repente, apareció un portal mágico que las llevó a su galaxia.
Cuando llegaron, su madre y su tio las estaban esperando y les dijeron que las necesitaban para vencer a la oscuridad.
Su madre las llevó al palacio que les dejó de herencia.
Entonces les dijo: yo soy mayor para vencer a la oscuridad. A los pocos minutos les dió unos amuletos mágicos.
Las dos gemelas juntas vencieron a la oscuridad y vivieron todos juntos en esa galaxia.
Al cabo de unos años, la oscuridad volvió a aparecer sobre el reino.
Rápidamente llamaron a su madre y a su tio y todos juntos vencieron a la oscuridad.
Escrito por María, Carlos y Javier de 4º A
jueves, 19 de noviembre de 2009
LA SERPIENTE Y SUS CHUCHES
Erase una serpiente llamada Natalia que vívia en Madrid. Allí se compró un camión para llevar sus chuches.
De camino hizo muchos amigos: focas, tortugas, etc. al rato vió que no llegaba, paró y...¡estaba en un bosque encantado! todos bailaron.
Natalia bajó del camión y se puso a bailar con los demás. Se dió un tortazo pero en el suelo siguió bailando.
Cuando se levantó empezó a reirse. No se acordaba que tenía que irse a buscar el camino correcto.
Siguiendo ese camino pasó por una calle y había una casa abandonada y allí decidió hacerse una tienda de chuches.
Entonces Natalia llamó a los albañiles para reformar la casa y la convirtieran en la tienda. Los albañiles fueron enseguida e hicieron su trabajo.
Al lado, Natalia empezó a colocar las chuches. Luego puso el mostrador y encima el ordenador, etc.
Al día siguiente abrió la tienda. A todo el mundo le llamaba la atención e iba entrando uno tras otro.
Por la noche, Natalia acabó cansada de tanto jaleo y tanto trajín que había tenido.
A continuación, por la mañana se despertó, se levantó y se fue otra vez al trabajo.
Cuando llegó había una fila enorme, pero enseguida despachó a todos y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Escrito por Mara y Nuria de 4º A
De camino hizo muchos amigos: focas, tortugas, etc. al rato vió que no llegaba, paró y...¡estaba en un bosque encantado! todos bailaron.
Natalia bajó del camión y se puso a bailar con los demás. Se dió un tortazo pero en el suelo siguió bailando.
Cuando se levantó empezó a reirse. No se acordaba que tenía que irse a buscar el camino correcto.
Siguiendo ese camino pasó por una calle y había una casa abandonada y allí decidió hacerse una tienda de chuches.
Entonces Natalia llamó a los albañiles para reformar la casa y la convirtieran en la tienda. Los albañiles fueron enseguida e hicieron su trabajo.
Al lado, Natalia empezó a colocar las chuches. Luego puso el mostrador y encima el ordenador, etc.
Al día siguiente abrió la tienda. A todo el mundo le llamaba la atención e iba entrando uno tras otro.
Por la noche, Natalia acabó cansada de tanto jaleo y tanto trajín que había tenido.
A continuación, por la mañana se despertó, se levantó y se fue otra vez al trabajo.
Cuando llegó había una fila enorme, pero enseguida despachó a todos y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Escrito por Mara y Nuria de 4º A
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